1/11/10

México busca Papás (Narco-sepadiosqué)

Queda muy claro que México es un país joven, adolescente quizás, desobediente, bien contreras y queda dicho valemadrista. Esto podría ser explotado desde su aspecto positivo, un país que no sigue parámetros definidos para alcanzar sus metas, sino que sólo le echa candela a ese deseo, a esa búsqueda y lo logra a su manera, a su folcklore, a su mexicanísima forma. André Breton tuvo una anécdota en este país -entre otras varias- que lo hicieron llamar a este país "surrealista", término que a mí no me parece tan aplicable mas que en el imaginario, pero explica bien mi punto; dice que una vez le tocó conocer a un carpintero que hacía muebles sobre pedido, y una señora le encargó la realización de una mesa basada en una foto. Cuando la señora fue a recogerla, se topó con una mesa de tres patas, perfectamente estable y funcional pero de tres patas a fin de cuentas -todo un orgullo para Le Bateleur- y al cuestionar al Don, éste le mostró la foto, que por cuestiones de perspectiva, mostraba sólo tres patas de la mesa.

Así es como en México se pueden hacer las cosas, somos jóvenes, obstinados, entregamos la mesa aunque sea de tres patas. Sin embargo la juventud que vivimos sigue pasando por una etapa de inseguridad adolescente, una etapa que busca unos padres perdidos quizás incluso antes de la conquista, pues desde entonces esperábamos a un gran dios que viniera a proclamar el triunfo y la nueva era. Creo que el mestizaje es una de las mayores aportaciones a la actual cultura mexicana, sin embargo también es parte de esa búsqueda y necesidad de origen, de identidad, de Padre y de Madre (¿dónde está nuestra Madre Patria?) que aunque nos dota de libertades hace a muchos sentirse desprotegidos, llevados por el viento. Pienso que es aquí donde nace esa búsqueda de un paternalismo variado, ya sea religioso (Diocito proveerá) o político. Hasta el momento el paternalismo por parte del gobierno ha sido muy popular (ja, ja, ja) tanto pueblo como estado lo han acordado, unos pidiendo y pidiendo y otros prometiendo y prometiendo, aprovechándose de la situación. Una visión adolescente que mutila, ciega y castra al que no camina.

Pero otro factor común entre los adolescentes es el repentino rompimiento de estructuras, como un esqueleto estructural con una guadaña que corta toda la hierba de golpe, buscando oponerse al antiguo régimen que tanto le torturó en el pasado, sintiendo y creyendo que está creando algo nuevo, viviendo distinto, pero la hierba vuelve a crecer, y las estructuras no arrancadas de raíz nos destinan a repetir. Es lo que pasa el día de hoy en México, nuestros padres nos han descepcionado. El (padre) gobierno no ha aportado el cariño ni la materia que prometía ¿para qué nos hacemos weyes? quesque no hay seguridad ni pan, pero lo que menos hay es esa sensación cálida de protección emocional. ¿Qué haremos? somos adolescentes, somos revolucionarios y subversivos, mírenos, somos de lo peor... Narco¿cultura?

Dice Cristóbal Jodorowsky en su libro "El Collar del Tigre" que muchas de las acciones que aparentan romper violentamente un patrón más bien suelen reforzarlo. De esta misma forma México decide liberarse, romper con su paternalismo, mostrar su madurez, como quinceañera abandonada que va a demostrar lo que puede... ahora está con el enemigo de ese gobierno disfuncional, ahora se acerca al que sí puede proveer, dar cariño, identificar emocionalmente, pero en realidad todo es un acto de despecho. Un momento de dolor por seguir sin hallar origen ni identidad que provoca el surgimiento de este nuevo estilo al que muchos llaman cultura, que a mí más bien me parece una exageración del estereotipo. Una en-kitsch-ación de lo inaccesible, hacer barroco lo que dicen que no nos pertenece, pues así no es de ellos tampoco, si el rico legal tiene un carrazo, yo tengo el mismo pero chapado en oro, igual que la vajilla, el perico, los dientes y las treinta y cuatro albercas. "Mira, el mío está más padre". Si no fuera por los balazos, todo se podría arreglar con un biberón.

Ahora me pregunto, ¿es este acto de imitación y capricho digno de ser llamado una nueva cultura? ¿es este nuevo encuentro con una figura que nos proteja suficiente excusa como para caer en la comodidad del aquí me quedo? México está dando una imagen distinta a la real y generando más imágenes de dolor sólo por caprichudos ¿Para qué nos quedamos en la rebeldía, en el mostrarle al otro? Mejor hay que quitarnos la playera del partido, la cadena del despecho, vamos pintándonos el pecho de lo que realmente somos nosotros, lo que cada quién es sin apegarse a un esquema patronal y si ahí resulta que la verdad es partidista o narca, pues entonces que esa sea nuestra verdad, pero primero aceptemos que ya no estamos para llorarle a los papás que no estuvieron, es hora del Aquí y del Ahora.

Desde aquí
MatsK
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