5/6/11

Ojos que no leen...

Pasó un semestre sin que yo escribiera aquí. Un semestre falso, claro, semestre de cuatro meses como los que inventan en mi escuela... semestre saturado de proyectos, novedades y bastantes sorpresas que ironicamente veía venir. Mucho audiovisual, mucho audiovisual, mucho audiovisual. Varios videillos cortos en los que aproveché las teorías de autosanación y que tuvieron incluso resultado físico, participación en un corto de esos que el celuloide te provoca paranóia, trabajos casi express que te dan satisfacción por poder sacarlos y con excelentes resultados.

Pero no leí.

Creo que ni siquiera leí lo que me dejaban de tarea. Siempre preferí escuchar al maestro, por lo que no veía las presentaciones. Mis exámenes eran bastante obvios, las preguntas eran innecesarias; las películas de otros países eran autoexplicativas, los subtítulos sobraban; Por la calle identificaba las señales de tráfico basado en sus colores. Una vez me comí lo que creía era una sopa de lentejas pero después me revelaron que era de letras y ni siquiera eso pude notar, pues nunca leí.

Tal vez exagero.

Leí lo que debía leer, pero ahora me atrevo a decir que en cuanto terminé con las labores estudiantiles (hace tres semanas) me empecé a reponer y he estado leyendo como no hacía en mucho tiempo. Lo tradicional primero: libros. El jueves mismo marcado por mi libertad, me eché completo "Novecento" de Alessandro Barico, que es más bien monólogo teatral, pero funciona como relato. Al otro día empecé "La Vida de un Muerto" de Oscar de la Borbolla, iniciando lectura en un aeropuerto, mismo en el cuál inauguré mis compras literarias celebrando la aparición espectacular de una tienda Gandhi justo frente a mi puerta de abordaje con la adquisición de "Mrs. Dalloway" de Virginia Woolf. Ya veremos si es o no un error comprarlo en inglés. Estando en el DF de visita, y mientras leía todavía a de la Borbolla me topé cara a cara con "Sunset Park", de Paul Auster. Novela que durante mis constantes excursiones de observación por varias librerías de la ciudad me había echado el ojo (sí, el libro a mí) considerando que quizás yo debiera llevármelo, y fue en una visita a El Péndulo de Perisur que accedió a irse conmigo. Quizás fue el destino, quizás fue que tenía el 20% de descuento. Fue a los dos días de comprarlo, que terminé de leer el libro anterior, por lo que primero me enluté por finalizar (siempre es doloroso, a veces más, a veces menos) luego me regocijé por haber terminado un libro en cuatro días -recuperé mi condición- y Después empecé Sunset Park, un placer que me duró siete días y me sigue rondando la cabeza, pero ahora me da espacio lector para conocer a Bolaño con "Llamadas Telefónicas" (fue aquí que el destino quizo que no me alcanzara para "Los Detectives Salvajes").

Ahora leo de todo, mentes, mensajes ocultos, etiquetas industriales, facturas, empaques de cosméticos en el baño de casa de una amiga... Incluso leo ahora mis textos viejos, incluídos algunos de los posts de éste blog por los que mi ego pensó pedir disculpas, pero la verdad no. Están por que están y son por que fueron. Leeré lo que de permiso y escribiré lo que nazca, que de eso también hay bastante.

Dejo para próximas semanas a Clarissa Dalloway, que está ya en mi cuarto propio, y después a Hugo Hiriart. Luego me inclinaré por algún clásico, que de esos me hacen falta. De momento leo la hora y me doy cuenta que debería estar dormido, pues mis párpados ya están por ser paréntesis cerrados.

Disculpen por lo cursi de la última frase, es el sueño... es más, digamos "es el pinche sueño", nomás por contrarrestar.

Saludos!
Att
Max K ThoSae
5611

PD: Gracias a Cecilia Eudave por incluir mi blog en su último post ( : te mando besos cibernéticos, y recomiendo la chequen, sea en blog o en donde se puede, que son sus palabras dichas y escritas de las que no puedo decir "valen la pena" por que de pena no hay nada. Su blog dando click aquí

1 comentario:

Señor Erre dijo...

Excelente entrada, espero que también lea los comentarios y que recuerde que esto no se trata tanto de leer por leer, sino de aprender. Un abrazo, mi estimadísimo.